21 de Octubre del 2015.- Nuevamente la clase obrera ha recibido un duro golpe. Los(as) trabajadores(as) de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que tengan menos de 20 años de antigüedad en la empresa perderán el esquema de pensión del Estado y se irán al sistema de Cuentas Individuales de Jubilación (Cijubila), en el cual tendrán que ahorrar para su retiro.
     En el 27 consejo nacional ordinario del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (Suterm), el gremio y la CFE pactaron reformas al contrato colectivo de trabajo, de las cuales la principal es “la desaparición de las jubilaciones de los electricistas que tienen menos de 20 años de servicio”.
     La empresa y el gremio también acordaron aplicar el esquema de retiro voluntario, reacomodos de sindicalizados(as), despidos y reducción de la plantilla laboral, a partir de ofrecer la salida a los trabajadores que están en plazas excedentes, por ejemplo.
     En cuanto al Cijubila, el proyecto de convenio acordado por las dos partes explica que se aplicarán dos esquemas: el primero denominado “sistema de liquidación de antigüedad base cero”, que consiste en que a los(as) electricistas con menos de dos décadas en la compañía, se paga una prima legal por los años trabajados, y son recontratados con una antigüedad de cero años y se van al nuevo sistema de pensiones. Quienes no acepten pueden optar por su retiro.
     El otro se denomina “base uno”, con el que se paga al(la) trabajador(a) una prima por su antigüedad, se recontrata con reconocimiento de los años laborados y pasa al nuevo sistema pensionario.
     “En ambos casos se pierde el antiguo esquema de jubilaciones que pagaba el Estado”, según señala una copia del acuerdo proporcionada por la Coordinación Nacional de Electricistas.
     Estas prácticas responden al pacto con la burguesía y el Estado por parte del líder vitalicio y charro del SUTERM, Víctor Fuentes del Villar, quien de manera tajante realizó modificaciones al contrato colectivo de trabajo, pues busca adecuarlo a las leyes secundarias de la reforma energética y acabar con prestaciones fundamentales, sin tomar en cuenta a los trabajadores de base ni a sus delegados.
     Asimismo, dice que el comité ejecutivo nacional del SUTERM, “por conveniencia política adopta una postura pasiva y dócil ante el gobierno para salvar sus beneficios, sin importarle que la política de la actual administración de Enrique Peña Nieto haya llegado al extremo de desmantelar el sector energético, sólo por hacerle favor al sistema capitalista mundial”.