CARTA DE EMILIANO ZAPATA SOBRE LA REVOLUCIÓN RUSA
“Mucho ganaríamos, mucho ganaría la humanidad y la justicia si todos los pueblos de América y todas las naciones de la vieja Europa comprendiesen que la causa del México Revolucionario y la causa de Rusia son y representan la causa de la humanidad, el interés supremo de todos los pueblos oprimidos…

Aquí como allá, hay grandes señores, inhumanos, codiciosos y crueles que de padres a hijos han venido explotando hasta la tortura a grandes masas de campesinos. Y aquí como allá los hombres esclavizados, los hombres de conciencia dormida, empiezan a despertar, a sacudirse, a agitarse, a castigar.

Mr. Wilson, presidente de Estados Unidos, ha tenido razón al rendir homenaje, en ocasión reciente, a la revolución Rusa, calificándola de noble esfuerzo por la consecución de libertades, y sólo sería de desear que a este propósito recordase y tuviese muy en cuenta la visible analogía, el marcado paralelismo, la absoluta paridad, mejor dicho, que existe entre este movimiento y la revolución agraria de México. Uno y otro van dirigidos contra lo que Leon Tolstoi – llamara el gran crimen -, contra la infame usurpación de la tierra, que siendo propiedad de todos, como el agua y como el aire, ha sido monopolizada por unos cuantos poderosos, apoyados por la fuerza de los ejércitos y por la iniquidad de las leyes.

No es de extrañar, por lo mismo, que el proletariado mundial aplauda y admire la Revolución Rusa, del mismo modo que otorgará toda su adhesión, su simpatía y su apoyo a esta Revolución Mexicana, al darse cabal cuenta de sus fines.


Por eso es tan interesante la labor de difusión y de propaganda por ustedes en pro de la verdad; por eso deberán acudir a todos los centros y agrupaciones obreras del mundo, para hacerles sentir la imperiosa necesidad de acometer a la vez y de realizar juntamente las dos empresas: educar al obrero para la lucha y formar la conciencia del campesino. Es preciso no olvidar que en virtud y por efecto de la solidaridad del proletariado, la emancipación del obrero no puede realizarse si no se realiza a la vez la libertad del campesino. De no ser así, la burguesía podría poner estas dos fuerzas la una contra la otra, y aprovecharse, v.gr., de la ignorancia de los campesinos para combatir y refrenar los justos impulsos de los trabajadores del mismo modo que si el caso se ofrece, podrá utilizar a los obreros poco conscientes y lanzarlos contra sus hermanos del campo.” Emiliano Zapata



*Carta a Jenaro Amezcua. Cuartel general del Ejército Libertador, Tlaltizapán, Morelos. 14 de febrero de 1918.


Publicada por Jenaro Amezcua en el diario El Mundo de La Habana.