El Movimiento Estudiantil en la UNACH
Hoy en día uno de los sectores de
la sociedad que viene reactivando la lucha organizada en el estado es el
estudiantil, esto debido a que la educación impartida – de mercado – atiende a
los intereses de políticas neoliberales, tornando uno de los derechos que
corresponden a los jóvenes a fines privatizadores y clasistas, donde solo unos
pocos tengan acceso a recibir conocimientos – amoldados a las necesidades del
mercado laboral – por sus condiciones económicas.
Podemos constatar que en cada
semestre aumentan las cuotas de inscripción, se recortan espacios de carreras
humanísticas, que el plan de estudios se enfoca a formar profesionistas y
especializarlos de acuerdo a las necesidades de las empresas para desempeñar
una mejor división del trabajo, olvidando el verdadero objetivo, el de formar
personas con un pensamiento crítico, humanizante, científico y por sobre todo
al servicio del pueblo.
El acceso a las instituciones se
presta a la práctica monopólica de exámenes como CENEVAL e INEVAL, cuyos
intereses lucrativos resultan ser filtro de las aspiraciones de la juventud,
puesto que de cada 10 aspirantes a nivel medio superior y superior, pueden
asegurar un espacio solo dos, aun habiendo aprobado más jóvenes el examen,
limitan el acceso a un derecho que constitucionalmente tendría que verse
cubierto.
Vemos pues el surgimiento del
descontento entre quienes aspiran a hacerse un espacio a través del Movimiento
de Aspirantes Rechazados, cuyas banderas de lucha son el ampliar la matrícula y
que no hayan más rechazados por los organismos evaluadores, que se hacen valer
por las condiciones económicas y dejan marginado al hijo del trabajador, del
campesinado pobre y de los sectores sociales más desprotegidos.
Las consecuencias de las
políticas impuestas en México se ven detalladas con la Reforma Educativa, cuya
introducción en el marco legal no es más que el preámbulo para la privatización
de la educación. Dejando al descubierto que más jóvenes se verán
imposibilitados de recibir una educación y no dejando otro camino más que el
trabajo asalariado en tiendas transnacionales, cuya explotación laboral
encrudece día con día o en el peor de los casos el vínculo con el crimen
organizado.
En los últimos años, han
prevalecido las huelgas estudiantiles por la reivindicación de demandas
centrales como la gratuidad de la educación, la lucha por las casas del
estudiante, transporte gratuito, planes de estudios que se enfoquen a resolver
y satisfacer las necesidades de los sectores populares. En todas ellas el
estado ha respondido con medidas de carácter fascistoide, desde la
desacreditación y campaña de desprestigio por parte de las autoridades
escolares hasta de los mismos medios, llegando a responder con el tolete, tal
cual medida fascista acostumbran a hacer desde décadas pasadas contra las
heroicas gestas que se desarrollaron en la lucha estudiantil.
En el contexto chiapaneco, han
transcurrido poco más de nueve meses de que jóvenes organizados y con
determinación realizaran la toma de las instalaciones de la UNACH, en busca de
alcanzar conquistas que beneficiaran a la comunidad a través del pliego
petitorio que agitaron las banderas de las demandas más sentidas de los
estudiantes y; en marco de la lucha que emprendiera el magisterio y los
sectores populares aglutinados en un solo frente en contra de la reforma
educativa y del resto de reformas de corte neoliberal.
A pesar de las experiencias
surgidas durante el proceso del movimiento, que sirvieron como preámbulo para bosquejar
organización estudiantil independiente en
la máxima casa de estudios de Chiapas. Hoy en día, se presenta una situación de
retraimiento y dispersión de los compañeros que participaron en la lucha por
alcanzar las aspiraciones para tener una universidad democrática y donde se
consigan mejores condiciones de estudio; pues, se presentaron situaciones de
oportunismo, como lo fue la negociación viciada a cargo de algunos de los
supuestos y autonombrados “representantes”, que término por desviar los
objetivos de la Asamblea Estudiantil UNACH y por supuesto por fraccionar a la
base que conformaba a esta.
Cabe mencionar que, a lo largo de
la etapa embrionaria de la Asamblea Estudiantil UNACH, aun con los intentos de
cohesionar una estructura que fuese la instancia máxima para la toma de
decisiones de forma representativa y democrática, no represento más que el
seguimiento de una serie de acciones espontaneas bajo la dirección y la
reproducción de un panfleto que servía como “carta ética” y que no presentaba
más que un intento de articular una organización sin pies ni cabeza, pero que
sería trampolín de quienes manipularon a la base
estudiantil bajo el regimiento de dicho documento en la pugna por sacar
beneficios individuales.
Ante esta situación surge la
necesidad de presentar un plan de trabajo que reactive y estructure la lucha
estudiantil que se empezó a gestionar al interior de la UNACH , Tal es el caso
la constitución del Consejo General de Representantes que surge como una
necesidad de organización de la base estudiantil, por democratizar a la
universidad a través del cogobierno universitario, con la participación directa
y la representación paritaria de estudiantes frente a las autoridades en las
diferentes escuelas y facultades; ante los embates de las autoridades
universitarias por neutralizar toda acción organizada de los estudiantes y
luchar contra los planes privatizadores de la educación.
El CGR, estará integrado por la
totalidad de representantes de cada grupo, siendo este la máxima instancia de
representación estudiantil en una carrera o facultad, el CGR será el gestor, defensor y portavoz de las
necesidades, intereses y propuestas de los estudiantes ante las autoridades y
que tiene como objetivos de lucha la defensa de la educación pública, la
democratización y gratuidad de la enseñanza y que el contenido de la misma sea
un instrumento de superación intelectual, social y humanizante, la vinculación
de los estudiantes con la sociedad, fortaleciendo los lazos y el acceso a la
universidad de los hijos de las clases más desprotegidas y velando por las demandas
más sentidas de la base estudiantil y por mejores condiciones de estudio.
He aquí la titánica tarea por
construir instancias que representen verdaderamente a los estudiantes, el saber
orientar la lucha, que no es únicamente gremial y por demandas de moda o
instantáneas. Es cierto que son el motor de la agitación en los estudiantes,
pero solo es la táctica para construir poder estudiantil al interior de las
universidades. La lucha que deben emprender los estudiantes no es más que la
lucha política, la lucha codo a codo con los obreros, con los campesinos , con
el pueblo, pues está claro que, de ella emana la problemática por la que
atraviesan las instituciones y que por ende deben fortalecer ese vínculo de
unidad con los más desprotegidos.