Durante los últimos meses, el
pueblo organizado en Guerrero, a través de la Asamblea Nacional Popular ha
reivindicado uno de los más importantes acuerdos ante las condiciones que
suscitan en la entidad: El Boicot Electoral.
Días anteriores habían anunciado
por medio de un posicionamiento donde “si no hay paz para el pueblo, no habrá
elecciones” y es que no existe garantía para celebrar los comicios en un Estado
en descomposición, manejado por el narcotráfico y la clase burguesa, donde día
a día han sangrado al obrero y al campesino pobre y desde sus entrañas han desaparecido a 43 de
sus hijos y más, asesinado a cientos.

Es por ello que organizaciones
como el Movimiento Popular Guerrerense se han volcado a las tareas de descolgar
lonas y sabotear las elecciones pues no queda otra, o seguimos con este circo
donde los más favorecidos son un puñado de parásitos, dejando en el desamparo a
millones de personas en condiciones precarias o nos organizamos para apuntalar
hacia una huelga política general y la caída del régimen neoliberal de Peña
Nieto.