Aurelio Nuño: "el secretario charter"
RICARDO ROJO
En una entrevista concedida al diario La jornada, de fecha 7 de septiembre de 2015, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Meyer, definió la mal llamada reforma educativa como una "reforma política". Me parece que es la definición correcta, utilizada en la mesa de los neoliberales que planearon tal reforma, sólo complementada con la definición de los magnates del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y del mismo Nuño, en su reunión del 9 de octubre celebrada a puerta cerrada, al decir que la "reforma (educativa) política", también es "financiera".
Las ambiciones de máxima ganancia de los hombres del dinero en México no tienen límite; ahora han puesto sus ojos en las escuelas públicas de educación básica del país y reformaron la Constitución Federal para incluirlas en sus planes financieros y de lucro, tal y como se lleva a cabo en los países ricos del mundo, principalmente en Estados Unidos (EE. UU).
Durante su comparecencia con los señores del CCE, "El secretario Charter" rindió un informe de sus primeras cinco semanas al frente de la SEP; allí les dijo que la reforma educativa-política-financiera iba por buen camino y que necesitaba de sus "amigos" del CCE "para construir una agenda mucho más cercana y mucho más intensa en el sector empresarial, que es fundamental para poder continuar con la implementación de la reforma" (Revista Proceso, 9 de octubre de 2015).
Las escuelas charter en EE. UU "son escuelas financiadas con dinero público, pero administradas como instituciones privadas. La mayoría sustraída de las reglamentaciones vigentes en el sistema público. Así, más del 95% de ellas se niega a contratar docentes sindicados". (La cara oculta de las escuelas charter, Alberto Ampuero, 29 de noviembre de 2010).
En una investigación realizada por el maestro Gordon Lafer, que se puede leer en internet con el título "¿Los niños pobres merecen una educación de menor calidad que los niños ricos?", demuestra que en las escuelas charter los niños pobres reciben una educación de pobre calidad, son negocios particulares administrados con fondos públicos, funcionan a través de vales (school vouchers), están condicionadas a ocho años de existencia, no han demostrado ser mejores que las públicas, contratan a maestros jóvenes e inexpertos para pagarles poco, usan un modelo denominado blended learning el que consiste en reducir las materias y contenidos escolares para ceñirlos a matemáticas e idioma, son negociadas por grupos empresariales, preparan a los estudiantes para resolver exámenes estandarizados, se rigen bajo una falsa autonomía, etc., y se extienden como hongos por toda la geografía de aquel país en un impetuoso afán privatizador.
En México ya se practicaba este tipo de negocios pero de manera ilegal. Con la reforma educativa-política-financiera, el Estado y los empresarios acordaron iniciar y legalizar el negocio de la privatización de la escuela pública con una ofensiva reforma administrativa laboral, que de educativa no tiene nada y que a tres años de su anuncio, ante el amplio rechazo de miles de maestros, la única forma que han encontrado para imponerla es por medio de la amenaza legaloide administrativa, el despido y la fuerza policiaca y militar.
"El secretario charter" ha admitido en sus declaraciones que no solamente cuentan con el apoyo de los inversionistas para privatizar las escuelas públicas, sino también de los charros del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE encabezados por Juan Díaz de la Torre. "Es un líder fuerte y muy firme, en buena coordinación y en buen diálogo con la autoridad", sostiene Aurelio Nuño. (La Jornada, 7 de septiembre de 2015).
Para hacer atractiva la compraventa de las escuelas entre los empresarios, "El secretario charter" planeó, con sus cómplices Peña Nieto y Luis Videgaray, un programa de infraestructura escolar "grande y agresivo", donde se disputarán 50 mil millones de pesos en "bonos educativos" que se empezarán a vender en diciembre de 2015, los que se gastarán en los próximos tres años del sexenio y que se pagarán como deuda pública -no reconocida- en 20 años. (La Jornada,7 de septiembre de 2015).
Lo mismo, con un cinismo vil y descarado, "El secretario charter" afirma que "la evaluación no está hecha para correr a los maestros" (La jornada, 7 de septiembre de 2015) y pocas horas después anuncia el cese definitivo de 291 profesores de nuevo ingreso, contratados entre el 16 de agosto de 2014 y el 16 de enero de 2015 por oponerse a la evaluación punitiva. (La jornada, 16 de octubre de 2015).
Como se ve el escenario, estimado lector, la reforma educativa-política-financiera no podrá ser impuesta a los maestros y padres de familia con facilidad por el Estado y los empresarios a pesar de los recursos de represión legaloide y policiaca con que cuentan. El puñado de engendros de la clase política y empresarial pierden de vista que los maestros mexicanos tienen una larga historia de lucha en defensa de sus derechos, de la educación pública y de la patria y gozan de aprecio social, pese a la costosa campaña mediática desatada en su contra.
En sus dos primeras demostraciones de fuerza en el presente ciclo escolar -2 y 12 de octubre- miles de maestros mexicanos se movilizaron en toda la república de diferentes maneras, haciendo caso omiso a las amenazas de descuento a sus salarios, a la campaña televisiva en su contra y a la presencia policiaca y militar, principalmente en los estados donde la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) mantiene una resistencia indomable.
Los gobernantes federales y estatales perfumaditos, que claman a los cuatro vientos que no darán marcha atrás a sus agresivas y antipopulares reformas estructurales, viven en un nicho de cristal, en una nube etérea, en un país imaginario. Ignorantes de la historia. Dentro de muy poco tiempo la furia acumulada que se ve en el pueblo, que se siente en las venas de toda la nación mexicana, se verá reflejada en protestas multitudinarias donde los trabajadores de la educación serán pieza fundamental.
El maestro rural y periodista Librado Rivera, considerado precursor de la revolución mexicana, escribió un mensaje a los campesinos que suplicaban al gobierno cumpliera su promesa de entregarles la tierra a quienes la trabajaban. "Solo los cándidos pueden creer que el gobierno les va a resolver", les dijo, y remató diciendo: "El día que ustedes tomen posesión de las tierras y las trabajen en los hechos por su propio beneficio...el problema campesino quedará resuelto para siempre". Algo parecido sucederá con las escuelas públicas y las comunidades en la medida que todos los esfuerzos de los oprimidos sean un sólido puño que golpee en la misma dirección. Los neoliberales son unos miserables ignorantes de la historia y esa ignorancia es su perdición.
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