
Resulta gracioso, cuando es la primera vez que no puedes hacer un
balance completo sobre el movimiento estudiantil por que ya no eres
estudiante. A pesar de haber estado en la universidad hace unos meses,
de estar en el auge de la organización y tener una breve participación
en algunos espacios como el último movimiento por la exigencia del pago
de las becas.
Cada semestre las demandas se mantenían, los escenarios cambiaban y el modo de organización iba evolucionando de un primitivismo
seguidista a empezar a ver la necesidad de construir una estructura
organizativa y permanente. Que cada vez que se hacia el esfuerzo surgían
fuerzas internas oportunistas que fracturaban el proceso y agentes de
la rectoría y del Estado que se aseguraban de liquidarlo.
A pesar de ello, reaparecían esfuerzos , año tras año, donde la huelga
de la UNACH tomo tradición en el mes más revolucionario, octubre.
En ese contexto, cada vez que aparecía en la facultad preguntaban ¿qué
se va a hacer?, ya tenían previsto que cuando pasara a sus salones es
por que se aproximaba el próximo movimiento. Temor para la autoridad,
suspensión de clases para otros, otro poco un tanto reaccionario,
asumiendo la postura de sus maestros y hubieron quienes decidieron
organizarse y sumarse a la causa.
Lo cierto es que ahora, la
lucha se aprecia desde otro arista, donde formamos parte de la clase
obrera, sin olvidar que todos los años de lucha, las experiencias
adquiridas apuntan hacia continuar fortaleciendo los lazos de unidad
entre los estudiantes y obreros y campesinos.