Durante las últimas semanas,
México ha estado situado en el ojo del huracán, pues, la llegada de Donald
Trump a la presidencia de Estados Unidos, ha sido amenazadora, no solo para
nuestro pueblo, sino también para otros países. La política segregacionista de
Trump ha puesto en aprietos a miles de inmigrantes en riesgo de deportación y
nuestra economía dependiente del vecino del norte, hoy se tambalea por la
cuerda floja.
Estas medidas han orillado a fijar una postura a la oligarquía nacional y también a las transnacionales que ven afectados sus negocios e intereses en nuestro país. Por ello, grupos como Mexicanos Primero, Nexos y partidos políticos convocaron a realizar marchas para el día domingo 12 de febrero a través de la iniciativa #VibraMéxico, aprovechando el escenario de incertidumbre para generar simpatía y “unidad nacional”, no importando clase social, para enfrentar al que ven como enemigo, el mismísimo presidente de los Estados Unidos.

Con un contingente mermado, fracasó el intento por convertir en interés popular, la causa de la burguesía. Hay que marcar el hecho de a qué intereses responden realmente los estudiantes. Si de los que se han empecinado en privatizar a la educación, de recortar el presupuesto a las universidades, aumentar colegiaturas y deteriorar la economía con la imposición de las reformas estructurales, volviendo cada vez más insostenible la vida con aumentos en la canasta básica, transporte, energéticos y orillando a recortes laborales y someterse a condiciones deplorables para sobrevivir. De quienes llaman a la unidad nacional pero han criminalizado a las marchas, a las luchas por las reivindicaciones del estudiantado y las causas populares o del lado del pueblo junto al obrero, al campesino y las comunidades originarias.
La unidad tiene que enmarcarse en un carácter de clase para hacer frente al régimen de Enrique Peña Nieto y sus reformas, a las medidas de nacionalistas de Donald Trump. Construir un frente antifascista y antiimperialista donde los estudiantes participen activamente del lado de los sectores populares.