Nakba: Palestina, 1948, y los reclamos de la memoria

Una mujer. Palestina. Un cuerpo sufriente ante el horror. Una mujer tapando su boca. Una mujer en un campo de refugiados bombardeado. Una mujer en un lugar: en el campo Baq´a, Jordania. Una mujer y una fecha. Un color, sepia. Una palabra: NAKBA. Una ausencia: la tierra. Un trabajo colectivo: la memoria palestina. Mentado cuando Ahmad H Saadi y Lilia Abu-Lughod se encontraron en el funeral de Ibrahim, su padre, en Jaffa, quien en el fin de su vida ejerció el derecho de retorno. "El retornó, dijo el poeta Mahmoud Darwish en el funeral, para plantar en ella el árbol del conocimiento y el él era ese árbol. El nació en Jaffa y a Jaffa retornó, para permanecer allí por la eternidad, cerca del árbol del paraíso". No todos los libros merecen el mismo lugar en la historia de la humanidad. En particular, Nakba. Palestina, 1948 y los reclamos de la memoria posee el valor testimonial de una fecha, igualmente traumática para Palestina y para la humanidad: el 15 de mayo de 1948. Ahmad H Saadi y Lilia Abu-Lughod nos recuerdan que la Nakba es el punto al que retornan los palestinos a cierta edad, que la Nakba no está finalizada todavía. Ella es la piedra de toque de la esperanza de cada palestina y palestino que ansía retornar a su hogar.