En 1959, Cuba logró una revolución popular que derrocó la dictadura de Fulgencio Batista, respaldada por Estados Unidos. La revolución cubana desafió los intereses del imperialismo estadounidense en América Latina y provocó una fuerte reacción del gobierno de EE. UU., que intentó sabotear, invadir e aislar la isla caribeña de diversas maneras. Una de las formas más crueles de intervención imperialista de EE. UU. en Cuba fue la Operación Peter Pan, que tuvo lugar entre 1960 y 1962, en el contexto de la Guerra Fría.

 La Operación Peter Pan fue una operación llevada a cabo por la CIA con el respaldo de grupos contrarrevolucionarios cubanos y la Iglesia Católica de Miami durante la Guerra Fría en la década de 1960. En este periodo, más de 14 mil niños cubanos fueron sacados de sus hogares y llevados a los Estados Unidos, siendo separados de sus familias. La operación fue diseñada como una estrategia para socavar al gobierno cubano, propagando el miedo entre los padres cubanos mediante falsos rumores sobre una supuesta expropiación de niños por parte del Estado.

"Madre cubana, escucha esto. La próxima ley del gobierno será llevarse a tus hijos de cinco a dieciocho años. Madre cubana, ¡no permitas que se lleven a tu hijo!". Mensajes como estos eran transmitidos por Radio Cuba Libre, parte del proyecto Radio Swan de la CIA, con el objetivo de promover el anticomunismo en la región del Caribe, especialmente en el territorio cubano. Estados Unidos no solo utilizó la propaganda a través de la radio, sino que también creó una Ley de Autoridad Parental falsa, que afirmaban ser del gobierno cubano, y la difundieron entre la población cubana. Esta ley fue elaborada en Estados Unidos y llevada a la isla por los agentes de la CIA José Pujals Mederos y Ángel Fernández Varela.

La invasión de Bahía de Cochinos y el Proyecto Cuba

Desde el triunfo de la revolución en 1959, cuando el gobierno cubano nacionalizó empresas estadounidenses e implementó reformas desafiantes para los intereses de Estados Unidos, el país ha sido blanco de sanciones económicas unilaterales. Estas sanciones, establecidas inicialmente en respuesta a dichos cambios, incluyeron prohibiciones de comercio, viajes, transacciones financieras e inversiones entre Estados Unidos y Cuba.

Con el objetivo de recuperar el dominio de Estados Unidos sobre la isla, el gobierno de Dwight Eisenhower encomendó a Allen Dulles, director de la CIA en ese momento, la tarea de elaborar un plan para derrocar al gobierno de Fidel Castro. Como parte de este plan, conocido como "El Proyecto Cuba", la CIA comenzó a reclutar cubanos contrarios al gobierno de Fidel, que estaban exiliados en Estados Unidos, para formar una milicia. Howard Hunt fue designado para coordinar la creación de un gobierno cubano alternativo en el exilio, controlado por la agencia. En noviembre de 1960, la CIA ya había organizado una fuerza paramilitar con 1,500 exiliados cubanos.

El 4 de abril de 1961, durante el gobierno de John Kennedy, se autorizó la operación. Antes de eso, los cubanos exiliados se prepararon durante meses con entrenamiento de la CIA y las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en lugares como Puerto Rico y Guatemala. La CIA no solo proporcionó armas y suministros a los disidentes cubanos, sino que también ofreció barcos y aviones militares para ayudar. Fidel, anticipando un posible ataque de Estados Unidos, reforzó las defensas de Cuba con armas soviéticas. El 13 de abril de 1961, los servicios secretos soviéticos alertaron a Cuba sobre los planes de Estados Unidos para un ataque inminente.

El mismo día en que Osvaldo Ramírez, líder de los invasores, fue capturado, las fuerzas cubanas obligaron a los contrarrevolucionarios a retroceder hasta San Blas el 18 de abril. Al darse cuenta de las dificultades de los paramilitares, la CIA envió bombarderos para ataques con misiles y bombas de napalm. Al día siguiente, los cubanos derribaron dos aviones en su última misión de combate aéreo. Con la situación empeorando, Kennedy autorizó seis aviones militares para ayudar a los exiliados. Estas aeronaves partieron de un portaaviones cerca de la isla, pero no llegaron a la zona de combate a tiempo para ayudar a las flotas invasoras.

El 20 de abril de 1961, los invasores, después de enfrentar dificultades, se rindieron, llevando al presidente Kennedy a abandonar la operación. En respuesta, el gobierno cubano capturó a 1,189 paramilitares. Como resultado, Fidel Castro, convencido de la necesidad de fortalecer el carácter socialista de la revolución, estableció lazos más estrechos con la Unión Soviética.

El imperialismo yanqui y la propaganda

Lenin, revolucionario ruso, destaca que el imperialismo se infiltra incluso en las filas de la clase trabajadora. Un ejemplo de ello se observa en la decisión de muchas familias cubanas de enviar a sus hijos a los Estados Unidos en busca de una vida mejor, o incluso por la falsa propaganda promovida por la CIA. Este fenómeno también demuestra la difusión de la ideología burguesa, que propaga la concepción de que los países imperialistas son superiores y ofrecen más oportunidades.

Sin embargo, Lenin critica la noción de que el imperialismo puede ser reformado o moderado. Argumenta que las contradicciones generadas por el imperialismo deben profundizarse, no suavizarse. Esto sugiere que la solución a los problemas causados por el imperialismo estadounidense y otras formas de imperialismo no es simplemente reformar estas políticas, sino desafiar y superar el sistema burgués que las sustenta. 

Derrotar al imperialismo es una tarea urgente en nuestros días.

Si el imperialismo no escatima esfuerzos para imponer su control y propagar mentiras, secuestrar niños es solo uno más de los diversos crímenes en esta larga lista. En Argentina, las Madres de Plaza de Mayo denunciaban las desapariciones de sus hijos durante los años de la dictadura de 1976-1983. En Brasil, las llamadas "balas perdidas" ya han cobrado la vida de innumerables niños en nuestras periferias.

Acabar con los niños es acabar con el futuro. Y precisamente esta política es la que el imperialismo intenta imponer, especialmente en los países aún considerados colonias para mantener a los países ricos. Así como las invasiones, todos los golpes militares alrededor del mundo y la masacre respaldada y financiada por el gobierno estadounidense en la Franja de Gaza dejan al descubierto cuánto este cáncer llamado imperialismo necesita ser destruido en todo el mundo.

Texto traducido desde A Verdade