NI UN VOTO COMUNISTA ANTE LA PRÓXIMA FARSA ELECTORAL
1.- Las llamadas
elecciones “democráticas” no son más que un mecanismo de
autolegitimación mediante el cual el régimen capitalista pretende
prolongar sine die la dictadura de la clase burguesa.
2.- La participación de
siglas reformistas, progresistas, “anticapitalistas” o “comunistas”, en
las mascaradas electorales de la burguesía no sólo contribuye al único
propósito por el que, en realidad, se celebran éstas –legitimar
políticamente el sistema de explotación capitalista–, sino que también
coadyuva a inculcar en las masas populares la idea errónea y en extremo
perniciosa de laimposibilidad de superar los límites
políticos, económicos, culturales, etc., que constituyen en sí mismos la
dictadura burguesa. Dicha idea es la antítesis de la lucha de
clases, entendida no sólo como motor de desarrollo histórico, sino –¡y
ante todo!– como combate por el poder.
3.-
Los partidos políticos que se presentan a las elecciones blandiendo un
mensaje reformista, progresista, incluso “anticapitalista” o
“comunista”, son un síntoma al mismo tiempo de la debilidad y de la
fortaleza del movimiento obrero. Debilidad, porque en plena crisis
capitalista, la burguesía no ha necesitado hasta la fecha organizarse
políticamente bajo la forma de dictadura terrorista abierta, lo
que indica que, a corto plazo, no ve en peligro su posición como clase
dominante. Y fortaleza, pues al calificar en sus medios de propaganda
como “antisistema” el soez oportunismo de grupos como Podemos, IU,
Bildu, etc., la burguesía demuestra hasta qué punto su dictadura sigue
necesitando el embeleco socialdemócrata de siempre para aherrojar a la
clase obrera en el círculo diabólico de la
esperanza-desilusión-desmovilización.
4.- Las llamadas elecciones “democráticas” son el terreno
que la burguesía trata de imponer a la clase obrera para el combate
político, a sabiendas de que allí, en ese campo de batalla elegido por
ella, cuenta con la completa seguridad de aniquilar sistemáticamente a
la clase trabajadora. De ahí el afán de la propaganda burguesa por
presentar sus farsas electorales como un escenario de confrontación
política neutral, abierto a todos en igualdad de condiciones y en el que “todo es posible”.
5.- La experiencia
histórica demuestra que las victorias electorales de la clase obrera
sobre la burguesía han estado siempre precedidas de una intensa lucha de
clases, al calor de la cual se ha forjado un movimiento obrero pujante y
combativo. No se ha dado, sin embargo, ni un solo caso histórico en el
que de un proceso electoral organizado por la burguesía haya surgido un
movimiento obrero semejante, capaz de transformar en sociedad socialista
una sociedad capitalista.
6.- En las escasas
ocasiones en que, por vía electoral, fuerzas revolucionarias
representantes de la clase obrera han llegado al “poder”, la burguesía
ha llevado la confrontación al terreno de la política cruenta, es decir, al terreno de la guerra o de la más amplia represión. O lo que es lo mismo, visto desde otra perspectiva: El poder –entendido como dictadura de una clase sobre otra– no nace de las elecciones, ni siquiera de las victorias electorales.
7.-
Por todo ello, la Red de Blogs Comunistas (RBC) exhorta a todos los
comunistas a no participar con su voto en la próxima farsa electoral.
Como bien sabe la burguesía, que no ceja en su ofensiva –algo de lo que
debería adquirir conciencia clara la clase trabajadora–, el poder sólo
se toma mediante la lucha, la lucha de clases organizada por el Partido,
y ningún paripé electoral va a cambiar el estado de las cosas, ni para
los que ejercen la dictadura ni para los que la padecemos.
8.- Por último, la RBC
quiere recordar aquí las palabras de Carlos Marx en las que dejaba
nítidamente claro que “el poder político” no es más que “la violencia organizada de una clase para la opresión de otra”,
y que, como puntualizó Mao Tse-Tung, “el poder nace del fúsil”. La
clase obrera no debe resignarse a someterse a las reglas del juego
impuestas por la clase dominante, sino que debe pasar a la ofensiva, que
es el único camino que lleva a la toma del poder y hacia su liberación.